miércoles, 24 de agosto de 2016

HISTORIAS QUE A NADIE LE IMPORTAN. La vida te lo dirá.

Muchas veces, no es sino la vida la que te da las lecciones más duras, y hay que aprenderlas y estar muy atento a ellas.
¿Qué ocurre muchas veces en los casos de los niños ricos, hijos de papi, que esperan que papi lo pague todo, que tienen el lujo de estudiar en una universidad privada, y que son apáticos y que viven una vida de no estudiar, flojear, y convertir su vida en una parranda continua…
Pues que viven en el vértigo de la vida, para ellos la vida es un turbión, y viven buscando el éxtasis la salida de sí mismos…porque adolecen de un ideal.
Viven en un sueño, un sueño que algún día tendrá un despertar…
Un despertar que no lo da la insuflación de ideales abstractos, o las reprimendas del papá o la mamá, sino la vida misma, la vida te dirá.
Cuando mires por tus propios ojos labriegos que ganen un salario mínimo o menos para subsistir, que no compran ropa de marca, que sus niños no van a la escuela, que viven en comunidades donde los caminos son de terracería, donde no hay un doctor, y que esas comunidades son vivero de personas que emprenden el camino del Éxodo hacia las ciudades, o hacia el sueño americano, la vida te lo dirá.
Cuando mires la explotación de los campesinos que son desmembrados de sus tierras, cuando mires que van perdiendo su lengua, su identidad, cuando veas por tus propios ojos que son albañiles, sirvientas…y que no pueden aspirar a más, recuerda, la vida te lo dirá.
Cuando mires que la miseria le ocurre como la ley general de la materia y la energía, que no se crean, ni se destruyen, sino que se transforman, cambiando de lugar, y que la pobreza del campo, acelera la pobreza de las ciudades, recuerda, la vida te lo dirá.
Dicen que la justicia tiene rostro de mujer, y que se simboliza en la Diosa Themis,
una mujer con los ojos vendados, y cargando la balanza.
Pero yo sólo sé que la justicia tuvo un rostro menos augusto, de mujer, pobre además e indígena además,
y que me despertó de mis sueños de Luis Miguel
y de sus boleros, a la justicia agraria y a sus avatares, porque los pobres de las ciudades, buena parte de ellos, fueron arrancados de sus tierras y de su identidad.

Sólo recuerda: La vida te dirá.
 Tal parece que ser mujer, indígena, pobre e ignorante es un delito múltiple, mientras que los verdaderos infractores de la ley se apoderan de México y nos ponen en peligro a todos los habitantes

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